"...mi dior" ¡¡Ay, Ay, que meo toaaaaaaaaaaaa...!!
Slips. Veamos la historia de los slips, o calzoncillos: Tanto los romanos como los iberos usaban unas túnicas monísimas, éstos últimos con un alegre franja roja por los bajos, y los romanos, que eran mas suyos para estas cosas, para proteger las partes delicadas y aparte de las correspondientes cotas de escamas (que usaban ambos pueblos) o de placas, según la época, usaban unas tiras colganderas de cuero por delante, pero usaban una suerte de refajo para tapar los güinitepús; sin embargo y en lo más cruento de los combates, cuando daban algunas airosas y aguerridas vueltas, las túnicas se abrían graciosamente en redondo y se movía el invento; el enemigo empezaba con las bromas relativas al tamaño de sus aparatos reproductores, cosa que se agravó cuando los iberos fueron asimilados por los romanos y se fueron a combatir juntos contra el resto de pueblos hispanos. A grandes rasgos, estos eran los Celtii y los Celtii-Ibericus. Pero ete aquí que estos pueblos usaban lo que hoy llamamos pantalón y se cachondeaban de romanos e iberos cuando se iban a darse de lanzazos y espadazos y les veían sus cosas flotando libres. Luego, cuando ya se cansaban de jugar, se iban a una distancia prudente de las flechas romanas y los tronchos de plomo que les largaban los balearicum honderum, se ponían en lo alto de una colina, bien visibles, y se volvían bajándose agresivamente los pantalones mientras les mostraban, moviendo el trasero o culum, una especie calzón corto, como recortadas las perneras que impedía que sus partes pudendas se descubriesen o campasen sueltas sin control.
Los romanos, que se fijaban en todo (algunos más que otros en aquellos culum bárbaros) se dijeron pensativamente a sí mismos "oye, mira, con esas prendas cortas que llevan ya no se reirán de nosotros" y heroicamente estudiaron concienzudamente las que portaban algunos prisioneros que se disponían crucificar por traviesos.
A partir de aquí, se generalizó su uso, sobre todo en los itálicos porque los hispánicos eran más cabezones y "esas cosas eran para niñas" decían. Pero al final terminaron usándola.
Independientemente, los iberos de la zona de Barcino, vieron negocio en esto y crearon varias fábricae, una en Neápolis llamada L'uomo contentísimi y otra en Astúrica Augusta llamada O pandeirus moifelicissimus. Posteriormente transladaron su central oficial de Barcino a Tarraco, porque en aquella en época era la capital de la Hispania Citerior. Se sabe que aún hoy la civitas de Terra Rasa mantiene una producción de magníficos paños.
X.
Slips. Veamos la historia de los slips, o calzoncillos: Tanto los romanos como los iberos usaban unas túnicas monísimas, éstos últimos con un alegre franja roja por los bajos, y los romanos, que eran mas suyos para estas cosas, para proteger las partes delicadas y aparte de las correspondientes cotas de escamas (que usaban ambos pueblos) o de placas, según la época, usaban unas tiras colganderas de cuero por delante, pero usaban una suerte de refajo para tapar los güinitepús; sin embargo y en lo más cruento de los combates, cuando daban algunas airosas y aguerridas vueltas, las túnicas se abrían graciosamente en redondo y se movía el invento; el enemigo empezaba con las bromas relativas al tamaño de sus aparatos reproductores, cosa que se agravó cuando los iberos fueron asimilados por los romanos y se fueron a combatir juntos contra el resto de pueblos hispanos. A grandes rasgos, estos eran los Celtii y los Celtii-Ibericus. Pero ete aquí que estos pueblos usaban lo que hoy llamamos pantalón y se cachondeaban de romanos e iberos cuando se iban a darse de lanzazos y espadazos y les veían sus cosas flotando libres. Luego, cuando ya se cansaban de jugar, se iban a una distancia prudente de las flechas romanas y los tronchos de plomo que les largaban los balearicum honderum, se ponían en lo alto de una colina, bien visibles, y se volvían bajándose agresivamente los pantalones mientras les mostraban, moviendo el trasero o culum, una especie calzón corto, como recortadas las perneras que impedía que sus partes pudendas se descubriesen o campasen sueltas sin control.
Los romanos, que se fijaban en todo (algunos más que otros en aquellos culum bárbaros) se dijeron pensativamente a sí mismos "oye, mira, con esas prendas cortas que llevan ya no se reirán de nosotros" y heroicamente estudiaron concienzudamente las que portaban algunos prisioneros que se disponían crucificar por traviesos.
A partir de aquí, se generalizó su uso, sobre todo en los itálicos porque los hispánicos eran más cabezones y "esas cosas eran para niñas" decían. Pero al final terminaron usándola.
Independientemente, los iberos de la zona de Barcino, vieron negocio en esto y crearon varias fábricae, una en Neápolis llamada L'uomo contentísimi y otra en Astúrica Augusta llamada O pandeirus moifelicissimus. Posteriormente transladaron su central oficial de Barcino a Tarraco, porque en aquella en época era la capital de la Hispania Citerior. Se sabe que aún hoy la civitas de Terra Rasa mantiene una producción de magníficos paños.
X.