Esto no es una noticia de actualidad y ya se ha tratado anteriormente en este foro, pero he considerado conveniente repetirla como recordatorio sobre el peligro de las redes sociales.
Facebook se ha cuadruplicado durante el último año, recibiendo un promedio de 250.000 nuevos miembros todos los días, ninguno de los cuales paga nada por los servicios recibidos. Cabe, por tanto, preguntarse lo siguiente: ¿de obtiene Facebook los recursos para atender 58.000.000 miembros activos que publican en promedio 14.000.000 de fotografías al día y que a día de hoy han colgado unos 2.700 millones de imágenes? Resulta difícil imaginar siquiera el monumental tamaño de sus ordenadores y el elevadísimo coste de tecnología y de gastos salariales que se requiere para alojar y administrar esa colosal cifra de usuarios. Una vez digeridas las astronómicas cifras que rodean a Facebook, tampoco cabe especular con que una empresa que el gigante Microsoft valora en 15.000 millones de dólares se financie exclusivamente con la publicidad.
Lo que muchos usuarios no saben es que, de acuerdo con las condiciones del contrato que asumen al hacer click en el cuadro 'acepto' le están otorgando a Facebook la propiedad exclusiva y perpetua de toda la información e imágenes que publican. De hecho, los afiliados "autorizan a Facebook el uso perpetuo y transferible, junto con los derechos de distribución o despliegue público de todo lo que cuelgan en su página web". Los términos de lo aprobado al hacer click, sin generalmente leer nada, le reservan a Facebook el derecho a conceder y sublicenciar todo "el contenido del usuario" a otros negocios. Así es como a muchos usuarios les han convertido sus fotografías en publicidad. De repente todo lo que sus usuarios publicaron, incluyendo sus fotografías personales, su inclinación política, el estado de sus relaciones afectivas, sus intereses individuales, datos médicos y hasta la dirección de su casa, se envió sin su autorización expresa a terceros. El hecho de que Pedro P alquilara la película Tal o que María J comprara ropa para bebé deja de ser un hecho intrascendente cuando al primero lo echan del colegio por sus posibles inclinaciones homosexuales y a la segunda la despiden del empleo por sospechar que está embarazada. Hay que creer a Mr. Melber cuando asegura que muchos empresarios de todo el mundo al evaluar los curriculums que les presentan, revisan Facebook para conocer intimidades reales de los solicitantes.
Facebook se ha cuadruplicado durante el último año, recibiendo un promedio de 250.000 nuevos miembros todos los días, ninguno de los cuales paga nada por los servicios recibidos. Cabe, por tanto, preguntarse lo siguiente: ¿de obtiene Facebook los recursos para atender 58.000.000 miembros activos que publican en promedio 14.000.000 de fotografías al día y que a día de hoy han colgado unos 2.700 millones de imágenes? Resulta difícil imaginar siquiera el monumental tamaño de sus ordenadores y el elevadísimo coste de tecnología y de gastos salariales que se requiere para alojar y administrar esa colosal cifra de usuarios. Una vez digeridas las astronómicas cifras que rodean a Facebook, tampoco cabe especular con que una empresa que el gigante Microsoft valora en 15.000 millones de dólares se financie exclusivamente con la publicidad.
Lo que muchos usuarios no saben es que, de acuerdo con las condiciones del contrato que asumen al hacer click en el cuadro 'acepto' le están otorgando a Facebook la propiedad exclusiva y perpetua de toda la información e imágenes que publican. De hecho, los afiliados "autorizan a Facebook el uso perpetuo y transferible, junto con los derechos de distribución o despliegue público de todo lo que cuelgan en su página web". Los términos de lo aprobado al hacer click, sin generalmente leer nada, le reservan a Facebook el derecho a conceder y sublicenciar todo "el contenido del usuario" a otros negocios. Así es como a muchos usuarios les han convertido sus fotografías en publicidad. De repente todo lo que sus usuarios publicaron, incluyendo sus fotografías personales, su inclinación política, el estado de sus relaciones afectivas, sus intereses individuales, datos médicos y hasta la dirección de su casa, se envió sin su autorización expresa a terceros. El hecho de que Pedro P alquilara la película Tal o que María J comprara ropa para bebé deja de ser un hecho intrascendente cuando al primero lo echan del colegio por sus posibles inclinaciones homosexuales y a la segunda la despiden del empleo por sospechar que está embarazada. Hay que creer a Mr. Melber cuando asegura que muchos empresarios de todo el mundo al evaluar los curriculums que les presentan, revisan Facebook para conocer intimidades reales de los solicitantes.