Escrita en 2003 se publicita a sí misma por el efecto cautivador que tuvo en el otro Larsson, el de la saga Millenium, quien se la tuvo que leer de un tirón sin poder detenerse. (Por cierto, no son familia, coinciden el el común apellido sueco). Engancha de principio a fin y las páginas vuelan sin darnos cuenta; posiblemente sea el libro de lectura más rápida de este año. Todos los datos del asesinato del predicador evangélico se saben desde el principio, la intriga no está en nuevas pistas al estilo CSI, por tanto son los personajes los que deben aportar cohesión al misterio. El viaje interior de Rebecca, la abogada protagonista, a su juventud mística, irá aportando detalles sobre la personalidad de los secundarios, a los que iremos conociendo en su evolución temporal. Ese mismo viaje tendrá las claves para descubrir a qué juega cada uno y por qué actúa así. Por tanto, no hay efectismo y sí cotilleo. Esa es la clave de la novela. Nos engancha tal y como un programa de corazón lo hace, por ver las miserias de la intimidad de los demás, y como en Aurora Boreal todos los sospechosos son personajes públicos en su comunidad, nos carcome por dentro la curiosidad y nuestro espíritu oculto de portera de edificio brotará de repente. Hemos dado a leer el libro a diferentes personas con antecedentes diversos y todos coinciden en que es adictivo e hipnótico hasta para quienes leen despacito y poca cantidad. Pruébenlo, es una experiencia diferente, un millón de suec@s no pueden equivocarse. http://www.elplacerdelalectura.com

Pues nada, cuando me acabe el de la Wehrmacht me leo éste.
A ver si con tanto sueco me vuelvo yo también alta y rubia