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Editar mezclando vídeos con varios formatos

Iniciado por Ramón Cutanda, 03 de Abril de 2011, 14:50:11

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Ramón Cutanda

[/url]1. Transformar significa perder
Como si fuera una coctelera, la línea de tiempos de algunos programas de edición nos permitirá mezclar distintos formatos de vídeo, a modo de ingredientes, para obtener un buen resultado homogéneo. Conocer bien los ingredientes y las recetas básicas es esencial para evitar sorpresas desagradables.

Antes de hablar de los distintos formatos de vídeo o de cómo mezclarlos en la línea de tiempo conviene recordar primero que cualquier manipulación o transformación realizada a un archivo de vídeo lleva asociada una pérdida de calidad y que estas pérdidas, además, son acumulativas. En la práctica esto quiere decir que sucesivas generaciones de un archivo de vídeo se degradarán mucho más rápido que las primeras.

Es muy fácil comprobar esto aplicándole a cualquiera de los vídeos generados por nuestra videocámara una compresión, por ejemplo, el extendido DivX. Al resultado lo llamaremos "Generación 1". Si usamos una tasa de datos por segundo (bitrate) lo suficientemente alta el archivo "Generación 1" será visualmente muy similar al original. Es decir, a simple vista nos costará distinguir las diferencias, si es que llegamos a apreciar alguna. Podría ser tentador decir que tenemos un archivo de la misma calidad que el original, ¡y además ocupa bastante menos en el disco duro!

Si ahora usamos el archivo "Generación 1" como sustituto del original y le aplicamos exactamente la misma compresión DivX veremos como, a pesar de que el archivo "Generación 1" es visualmente muy similar al original, el archivo "Generación 2" obtenido sí que presenta una cierta pérdida de calidad, aunque quizás a cierta distancia de la pantalla nos se aprecie. Pero si repetimos el proceso y le aplicamos al archivo "Generación 2" de nuevo la misma compresión veremos como el archivo "Generación 3" sí que presenta ya una pérdida de calidad notoria con respecto al original y, si siguiéramos, pronto obtendríamos un archivo de una calidad totalmente inaceptable. Es decir, cada recompresión afecta negativamente a la calidad final aunque nuestros ojos, a simple vista, no distingan entre un original y un archivo de "Generación 1" o incluso 2. A lo largo de la edición será inevitable recomprimir todos nuestros vídeos en al menos en una ocasión y, por tanto, lo ideal será contar siempre con los originales de la videocámara usada o una generación lo más próxima posible al original.


2. Se parecen, pero no son iguales
Lo habitual cuando trabajamos con vídeo es que usemos originales en un formato y luego, tras la edición, los exportemos en otro diferente. La única excepción a esta regla es cuando podemos grabar en el mismo formato que necesitamos como destino y, además, no necesitemos editar nada, lo cual sería sumamente extraño. Tal es el caso de videocámaras que graban directamente en discos DVD, Blu-Ray y las que usan el formato AVCHD ya sea en disco duro o tarjeta de memoria. Únicamente en estos casos podríamos usar directamente los originales de una videocámara en un reproductor de vídeo que soportase ese formato y, por tanto, estaríamos accediendo a los originales y viendo el máximo de calidad que nuestra cámara es capaz de ofrecer.

En la inmensa mayoría de ocasiones, sin embargo, le aplicaremos algún tipo de transformación a los originales de nuestra cámara y resulta esencial tener en cuenta que cada vez que exportamos la línea de tiempo de nuestro programa de edición estamos generando un archivo de segunda generación; aún en el caso de que exportemos en el mismo formato que hemos usado como entrada. Es decir, aunque importemos a la línea de tiempo vídeo en formato AVCHD 720p y exportemos también en AVCHD 720p el software de edición recodificará todo el vídeo, incluso las partes que no hayan sufrido cambios en la edición, y obtendremos un vídeo de segunda generación. Aunque hay algunas excepciones, lo mejor es que asumamos que siempre que editemos vamos a obtener vídeo de segunda generación, y de ahí la importancia de usar siempre vídeos originales o lo más próximos al original que sea posible.


3. Ingredientes
Ahora que ya sabemos que necesitamos siempre ingredientes de primerísima calidad si queremos un buen resultado veamos cómo mezclarlos. Podemos decir que hemos mezclado vídeos cuando insertemos en una misma línea de tiempo archivos que presenten alguna diferencia en uno o más de las siguientes características:


[/url]3.1 Codec
El codec de un vídeo es el "idioma" usado a la hora de comprimirlo. El problema más grave con el que nos podemos enfrentar a la hora de trabajar con diferentes codecs es no disponer en nuestro sistema del empleado en uno o varios de los archivos de vídeo. Esto es alarmante en primera instancia porque no podremos ni visualizar ni, por supuesto, editar los vídeos comprimidos con ese codec. Pero ese problema, además de ser un problema infrecuente hoy en día, tiene una solución tan fácil como instalar el codec que nos falte. Si nuestra videocámara usa algún formato especial el fabricante nos proporcionará el disco con los codecs necesarios y, si el vídeo no lo hemos grabado nosotros, bastará con solicitarle el codec a la persona que nos envía el vídeo. En el peor de los casos nos tocará averiguar el codec usado y buscarlo por internet (ver punto 5. Averiguando el codec de un vídeo que no podemos reproducir)

Otro problema habitual con los codecs que usan una compresión fuerte, como es el caso de todas las variantes del MPEG-4, es que cuentan con secuencias GOP largas. Es decir, esos vídeos tienen un fotograma completo (como una fotografía) y luego hay un número variable de fotogramas anteriores y posteriores en los que se almacenan sólo cambios con respecto a ese fotograma completo de referencia. Son, por tanto, fotogramas incompletos. Eso a veces provoca que no se puedan marcar con precisión los puntos de inicio y fin y que el editor aproxime al fotograma clave más cercano y, en el caso mencionado de secuencias GOP largas, el fotograma más cercano puede estar hasta 1 ó 2 segundos antes o después del punto deseado.


[/url]3.2 Resolución
Por resolución entendemos el número de puntos, comúnmente llamados píxeles, del que está compuesto una imagen. A día de hoy, por ejemplo, no resulta infrecuente mezclar en la misma línea de tiempos vídeo DV y HDV. En estos casos sólo tenemos dos opciones. Si vamos a exportar a DVD tendremos que "encoger" el vídeo HDV, con lo que perderemos la resolución extra de esos clips. Si, por el contrario, exportamos a un formato HD, como por ejemplo Blu-Ray, tendremos que "estirar" el vídeo DV mediante una técnica llamada interpolado para que el vídeo llene la pantalla. Interpolar, para que nos entendamos, quiere decir "inventar". El software de edición, tras un análisis de la imagen, creará los píxeles que faltan hasta alcanzar la resolución solicitada. Estos píxeles, aunque son el resultado de complejos cálculos, no están en la imagen original así que no dejan de ser una invención. Para lograr un resultado más homogéneo es preferible reducir los vídeos HD a una resolución SD que al contrario, aún a costa de perder la resolución HD.


3.3 Relación de aspecto
Los píxeles que dan forma a los vídeos digitales no son cuadrados, sino rectangulares, y dependiendo de lo "alargados" que sean estos puntos obtendremos una relación de aspecto determinada. Es decir, la imagen será más o menos alargada. A los editores que desconocen este dato les suele confundir el hecho de que dos vídeos con idéntica resolución, por ejemplo los 720x576 píxeles usados en el DV PAL, puedan tener un "tamaño" diferente en pantalla según sean los vídeos más alargados (relación de aspecto de16:9) o menos (relación de aspecto de  4:3)

A la hora de mezclar en la misma línea de tiempo vídeos con relación de aspecto diferente la mejor solución es recortar y reencuadrar los más alargados y preservar intactos los de menor relación de aspecto, aunque eso suponga perder el aspecto panorámico y el encuadre original.


3.4 Entrelazado
En función de su entrelazado podemos distinguir entre vídeos progresivos (sin entrelazado), vídeos entrelazados con dominancia superior (HDV) y entrelazado con dominancia inferior (DV). Los problemas con el entrelazado son algo muy común e incluso editores de vídeo experimentados se llevan algún sorpresa inesperada de vez en cuando por culpa del "maldito" entrelazado. Los únicos tipos de vídeo que nunca nos darán problemas de entrelazado son los progresivos, como los 720p. Con los vídeos entrelazados, sin embargo, hay que preservar siempre su dominancia de campo y, en caso de mezclar vídeos con dominancia diferente, como sucede con vídeos DV y HDV, deberemos invertir la dominancia de todos los vídeos de uno de los dos tipos para que todos tengan la misma. Sólo por complicar un poco más las cosas, si le aplicamos a alguno de los clips de vídeo un cambio de velocidad -cámara lenta o cámara rápida- tendremos que desentralazarlos. Aunque resulte tentador, conviene evitar el desentrelazarlo "preventivo" de todos los clips ya que desentrelazar supone una pérdida de calidad. De no seguir estas pautas nos encontraremos con los temidos y odiados parpadeos y dientes de sierra en escenas con movimiento de cámara.


3.5 FPS - Frames per second / Fotogramas por segundo

Otro de los factores que suelen variar cuando trabajamos con vídeos con diferente formato es el número de fotogramas por segundo a los que se reproduce cada vídeo. Este valor se suele conocer con las siglas FPS; frames per second en inglés. Cuando mezclemos en una misma línea de tiempo vídeo con distinto valor de FPS habrá que  definir para todos un mismo valor. La mejor solución es siempre adaptar todos los clips de vídeo a los mismos FPS a los que pretendemos exportar.

Para reducir el número de FPS de un vídeo, nuestro editor, cada x fotogramas, suprimirá uno de ellos y, para ampliar el número cada x fotogramas repetirá uno. Cambiar el número de FPS en un vídeo progresivo no es demasiado problemático pero sí que lo es en el caso de usar vídeos entrelazados ya que al suprimir o repetir un fotograma se cambia por completo el entrelazado. Es por tanto recomendable desentrelazar los vídeos a los que vayamos a cambiarle el número de FPS pero desentrelazar implica inevitablemente una pérdida de calidad como ya hemos comentado. Por tanto, siempre que sea posible, hay que evitar cambiarle el número de FPS a vídeos entrelazados.


4. Ajustes de la línea de tiempo y de exportación
Cuando abrimos un nuevo proyecto en nuestro programa de edición de vídeo debemos elegir una configuración de trabajo. Los parámetros de la línea de tiempo no tienen absolutamente nada que ver con el formato o calidad final. Únicamente definen nuestro entorno de trabajo y, por norma general, querremos una visualización lo más ágil posible y que el sistema reproduzca en tiempo real el mayor número de efectos posible evitando renderizados. Para lograrlo conviene configurar la línea de tiempo con los mismos parámetros de codec, resolución, relación de aspecto, FPS y entrelazado de los clips de trabajo. Esto es así porque si usamos en la línea de tiempo parámetros diferentes al los de los vídeos con los que trabajamos el sistema tendrá que estar recodificando constantemente todos los fotogramas durante la edición lo que, en ocasiones, impide hasta la simple reproducción en tiempo real sin aplicar siquiera efecto alguno.

La duda, por tanto, viene a la hora de configurar una línea de tiempo cuando trabajemos con clips de diferentes formatos. Lo más productivo suele ser configurarla con los mismos parámetros que tengan aquellos clips de vídeo que se reproducirán un mayor número de minutos en la exportación final y, por otro lado, convertir el resto de clips, tengan la configuración que tengan, a ese mismo formato antes de importarlos a la línea de tiempo. Para comprimir múltiples archivos a la vez conviene trabajar con compresores específicos como Apple Compressor, Adobe Media Encoder, Sorenson Squeeze o Canopus ProCoder por citar algunos.

Por último, no olvidemos que mezclar archivos de vídeo implica trabajar con vídeos procedentes de videocámaras diferentes y, además de las diferencias técnicas, también habrá diferencias visuales, por lo que es más que recomendable realizar un trabajo de corrección de color en todos los clips para lograr una uniformidad visual en el resultado final.


5. Averiguando el codec de un vídeo que no podemos reproducir
Cuando un vídeo está comprimido con un codec que no tenemos instalado en nuestro sistema estamos atados de manos porque no podremos reproducirlo, ni por supuesto editarlo y, además, la única información que obtendremos de nuestro reproductor o programa de edición será "Formato desconocido"

Afortunadamente existen programas como MediaInfo que nos mostrarán toda la información que podamos necesitar sobre un vídeo, incluyendo el codec con el que fue comprimido aunque éste no esté instalado en nuestro sistema. Una vez tengamos ese dato ya podremos "googlear" para localizarlo.

MediaInfo es gratuito y de código abierto y está disponible para Windows, Mac y Linux.
Puedes descargarlo en http://mediainfo.sourceforge.net/es

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